Una marcha de 380 km de discapacitados es reprimida por el gobierno de Bolivia
La Policía boliviana reprimió este miércoles 27/4 con gases químicos a unas 500 personas discapacitadas que trataron de acceder a las inmediaciones del Palacio de Gobierno en La Paz, donde llegaron esta semana tras más de un mes de marcha por el país en demanda de asistencia social.
Cuando parte de los integrantes de la marcha trataron de forzar una de las entradas, las fuerzas de seguridad arrojaron gases y, en algunos casos, directamente a la cara de los manifestantes, según constató Efe. La acción se repitió en varias ocasiones, lo que desató la indignación de muchos manifestantes que llegaron a hablar de «masacre» y destacaron la discapacidad o condición de menores de edad de algunos de los presentes. Los manifestantes no contaban con más protección frente a los gases que pañuelos de tela o papel Decenas de personas tuvieron que recibir atención médica de personal del Ministerio de Salud que se encontraba en la zona, incluida respiración asistida en algunos casos, y líquidos para paliar los efectos de los gases lacrimógenos y del gas pimienta.
Con el lema de «renta o muerte», las personas discapacitadas que han completado en silla de ruedas o con muletas los 383 kilómetros que separan la ciudad de Cochabamba (centro) de La Paz se niegan a aceptar medidas alternativas al bono estatal que reclaman y mantienen una vigilia en el centro de la ciudad.
La marcha comenzó el 21 de marzo, tras una vigilia de 58 días, como una protesta de cien personas en Cochabamba (centro) y se convirtió en su jornada final en una manifestación de más 2.000 personas.
Asociaciones de discapacitados de los nueve departamentos del país, de padres y madres de niños con limitaciones y centenares de voluntarios y estudiantes recorrieron los más de 10 kilómetros que separan la ciudad de El Alto del centro de La Paz, en el ultimo tramo de una marcha para presionar al Gobierno en favor de un bono mensual de alrededor de 72 dólares.
Servicios sanitarios, bomberos, personal de la Defensoría del Pueblo e incluso estudiantes de cocina que repartían dulces se acercaron a recibir y escoltar la marcha a su entrada a la sede de Gobierno. También la Conferencia Episcopal Boliviana ha apoyado la marcha y sus reivindicaciones.
En la cola, alrededor de doscientos estudiantes de la estatal Universidad Mayor de San Andrés corearon cánticos en favor de las reivindicaciones y ayudaron a la movilidad de personas en silla de ruedas y muletas, al igual que alumnos de otras universidades como la Salesiana.
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Durante los 35 días de marcha tuvieron que soportar «sed, hambre, frío, insolaciones, bajas…», pero sacaron energía pensando en quienes padecen discapacidades más severas y apenas pueden salir de sus casas.
«No queremos canchas, sino renta mensual», fue una de las consignas coreadas en la marcha durante la bajada a la sede de Gobierno, en referencia a los muchos recintos deportivos que el presidente Evo Morales inaugura por el país.
La madre de un niño de seis años con discapacidad del 83%, Catherin Vargas, reclamó el bono para todos los menores con problemas acreditados «para llevar una vida digna».
Vargas explicó a Efe que un solo examen neurológico puede costar hasta cien dólares, a lo que se debe sumar el coste de medicamentos o pañales.
«Yo soy madre sola y tengo que trabajar ambos turnos», dijo mientras empujaba la silla de su niño.
Una joven de 18 años que cursa estudios de psicomotricidad, Alexis Ordóñez, explicó que junto a sus compañeros han aportado alimentos y ropa de abrigo a los integrantes de la marcha y la jornada de hoy acompañaron a quienes tienen dificultades de movilidad, que se acentúan con las empinadas cuestas abajo camino a La Paz.
Mientras la marcha doblaba curvas por las laderas, los manifestantes recibieron los ánimos y aplausos de muchos transeúntes y curiosos, que presenciaron la movilización durante toda la mañana.
Todo empezó con un grupo de personas con discapacidad de Cochabamba que inció a fines de enero medidas de presión en la plaza 14 de Septiembre; luego fueron sumándose otras regiones del país. Realizaron varias acciones previas a la marcha que consisitieron en que un grupo de personas discapacitadas se colgó durante varias horas del Edificio de Gobernación y de un puente en Cochabamba para protestar por el retraso en las ayudas del gobierno.